top of page
1670415808787_edited.jpg

Cuentos del Río

Actividad desarrollada en el marco del proyecto "

El pez que era muy grande

Peces que nadan

Joel Reyes, 8vo básico

Una vez iba pasando por el puente Simpson y de pronto logré ver un pez muy pero ¡muy grande!, rápidamente bajé para ver si lo lograba atrapar, como el pez estaba en la orilla del río con una caña y alambre que encontré tirado, armé un “huache”. De repente el pez me vió, salí río abajo persiguiendo al pez… no lo perdí de vista en ningún momento, logré ver donde se quedó parado. Fui muy lentamente hacia él y con el huache que armé lo logré atrapar. 

Me fui muy contento y con un gran pez a mi casa.

El potro del Río Simpson

Martín Barros de la Guarda, 8vo básico

Esta es la historia de la tropilla de caballos que tenía Víctor… su manera de amansarlos era en el río Simpson. Él era un viejo amansador de caballos, que practicaba las técnicas antiguas de quitarles las cosquillas en el río. Un día estaba amansando un potro bayo con un moño largo, también tenía la cabeza acarnerada; era sillón, pero también así como era de lindo era de mañoso. 

 

Un día, Víctor sacó al potro para el río; quería quitarle las cosquillas, pero no sabía que ese día sería diferente. Apenas Víctor metió al potro al río se empezó a parar de manos y a lanzar patadas… en un abrir y cerrar de ojos Víctor se resbala y se golpea muy fuerte la cabeza y se desmaya, se lo lleva el río y se despierta en una parte que él desconocía. Cuando retornó la conciencia algo se acerca a él muy rápido, él lo esquiva y cuando puede verlo se da cuenta que era un puma. El  puma se prepara para atacar, pero a lo lejos divisa un potro bayo que atropella al puma y le tira muchas patadas hasta que se va. Luego Víctor se sube al lomo del potro, pierde el conocimiento nuevamente, cuando se despierta está en su casa; todo gracias al potro y a la corriente del río Simpson, que lo empujó para poder llegar.

caballo Boceto

Cree en el abuelo

Benjamín Arriagada

La vida subacuática

Esta historia comienza en el río Simpson, en el año 1892. Unos jóvenes que no sabían lo que les aguardaba en este lugar, en el fondo del río se encontraba un cuero… éste cuero que se ha llevado a incontables personas a través de los años esperaba por otra víctima, en esta ocasión, unos jóvenes que no pasaban los 20 años. Muy curiosos de los cuentos que narraban sus abuelos fueron un día a las orillas del río en esos tiempos que en el Valle no existía ni luz ni el agua en las casas, por lo que fueron con la convicción de ir a lavar la ropa de la familia. Los acompañaba su fiel amigo Brutin, así le llamaban a su perro ovejero. 

 

Sin pensar que podía ser el último día de su fiel amigo, este se echó a orillas del río mientras los jóvenes, entre risas y desorden se dispusieron a lavar la ropa. Fue ahí cuando la curiosidad del can lo llevó a separarse de ellos y comenzar a husmear por las orillas del río. De pronto, encuentra algo que llama enormemente su atención; comienza a ladrarle muy inquieto y luego de a poco comienza a morderlo hasta que uno de los jóvenes pone atención en lo que estaba haciendo Brutín, y grita “mira che! ahí hay un cuero de vaca overa, seguro fue la que se ahogó el verano pasado, este va a quedar hediondo con eso”. Al acercarse casi corriendo para retirar a su amigo, el cuero overo se recoge envolviendo al perro, hundiéndose en el fondo del río. Este muchacho se pregunta “¿Era lo que dicen los abuelos?”.

 

Entre las dudas y el temor se mete al río, lo que según cuentan las historias sería su perdición, porque el cuero overo suelta su antigua presa y rápidamente atrapa a ese joven muchacho y se lo lleva al fondo del río. Según mi abuelo, desde ese día cada cierto tiempo se aparece y grita con gran desesperación “¡Cuidado que ahí viene el cuero!”.

 

Nunca pases por alto los relatos del abuelo… algo de cierto tienen, de lo que pasa a las orilla del río Simpson.

La contaminación del río Simpson

Valentina Torres

Un día fui a caminar al río Simpson y cuando llegué al río ví que estaba todo contaminado: había basura, paquetes de galletas, botellas de bebidas, latas de cervezas, papeles, bolsas de comida y neumáticos de autos al borde del río, y el río venía sucio por el material que tiran las máquinas y me dio pena, y me acordé cómo era el río antes… era limpio, sin basura alrededor, los peces saltaban en el río y se podía nadar sin ninguna preocupación de hacer algo para que las máquinas no sigan contaminando el río y no sigan haciendo hoyos en el río, y no sigan destruyendo los alrededores del río Simpson, porque las máquinas están arrasando con todo el medio ambiente, porque están destruyendo el hábitat de los animales silvestres.

Collage abstracto

En ti vive “Río Simpson”

Daniela Jofré

Ya hace unos cuantos años vivía un hombre llamado Orlando, que habitaba a orillas del río Simpson. Orlando era una persona solitaria desde la triste partida de su querida esposa, Rosa.

 

Se rumoraba en el pueblo sobre la triste e inesperada muerte de Rosa. Un lindo día de verano, por el medio día cuando Orlando se marchaba a trabajar, Rosa empezaría sus quehaceres del hogar, empezando por el lavado de ropa, labor que realizaba dos veces a la semana. Ya comenzando su rutina, se dirige al río Simpson, acomoda sus prendas entre las piedras, seguido de eso se quita su sortija más preciada, que era su anillo de matrimonio, para acomodarla a un lado de ella donde no pudiera extraviarla. Mientras lavaba sus prendas le comenzó un fuerte dolor de cabeza, el cual la llevó a marearse y hacerla caer, cayendo en las profundidades del río Simpson. 

 

Pasaron muchas horas después de la tragedia, llegando la noche cuando Orlando se dirigía a su casa después de un arduo día de trabajo, Orlando ta por llegar a su casa vió que las luces no estaban encendidas, ni el caño tiraba humo, lo cual era muy raro, ya que Rosa siempre esperaba a su querido esposo con su hogar calentito y una rica cena. Orlando al entrar a su casa encendió las luces y desesperado buscaba a su esposa llamándola por su nombre repetidas veces, al no tener respuesta de Rosa, decidió salir a buscarla; recorrió toda la casa, los establos y el invernadero. El único lugar que le quedaba era el río Simpson. Se dirigió a él en busca de su esposa y al llegar a la orilla del río encontró todas las prendas de lavado de su esposa. Al no ver a su esposa se empezó a desesperar aún más, empezó a caminar por toda la orilla del río y sin respuesta de su esposa regresó al lugar de lavado y se sentó en el piso, miró al lado del él y vió algo brillante encima de una piedra, se acercó, vió que era el anillo de matrimonio de su esposa, sortija que jamás olvidaba… desesperado corrió al pueblo en busca de ayuda, no hubo respuesta de su paradero.

 

Desde aquel día nunca más se supo de Rosa, no pillaron rastros ni señales de vida. Orlando no pierde la esperanza de volver a ver a su esposa. Todos los días se dirige al río Simpson al medio día con el deseo de volver a ver a su querida Rosa.

 

Orlando

“mi amor, mi rosita, esta sortija y este río que tanto te gustaba son los únicos recuerdos que me quedan de ti, te esperaré por siempre. Te amo”

colgante del lavadero

El pez bañado en vino

Valentina Torres

Perro geométrico blanco

Esta es la historia de un joven y su perro. El joven se llamaba Bernardo Pávez, el perro se llamaba Tobby. A ellos les gustaba salir a pescar en el río oscuro, mientras Bernardo y Tobby caminaban por la orilla del río, Bernardo vió saltar un pez muy grande del agua.  Apenas lo vió saltar el joven fue a buscar su caña de pescar que había dejado en su camioneta. Bernardo le colocó rápidamente carnada a la caña, la lanzó al río, el joven estuvo una hora intentando pescar  el pez que había visto pero no lo logró. Cayó la noche, pero Bernardo no se daba por vencido, después de intentar por largo tiempo pescar al pez que vió,- voy a tirar el último y nos vamos-, dijo Bernardo a su perro.

 

Mientras el joven sacaba la “terrible” del agua sintió un tirón; pensó que eran peces pequeños que se estaban comiendo la carnada, pero después sintió otro tirón más fuerte que casi lo lanza con caña y todo al río. Bernardo luchó media hora contra el pez, el joven estaba agotado y sin fuerzas, pero a pesar de eso no se rindió. Mientras el joven estaba luchando contra el pez, Tobby estaba cuidando la camioneta; el perro estaba intranquilo por su dueño, por la preocupación, Tobby empezó a ladrar y aullar por un rato después empezó a escuchar pasos que se acercaban a la camioneta. Había mucha niebla esa noche, el perro no podía ver bien, pero sí podía oler. Aliviado se dio cuenta que era su dueño, Bernardo se subió a la camioneta contento porque había pescado el pez que tanto estaba buscando; curiosamente el pez era color “concho de vino” (nombre dado en Valle Simpson al color rojo oscuro) de la cabeza a las aletas. Bernardo no podía identificar la especie, tal vez porque el color del pez estaba adulterado por la acción de algún químico o simplemente por las raíces de los árboles que crecen en el borde del río, por lo que decidió llamarlo “el pez bañado en vino”, desde aquel día en Valle Simpson se organiza anualmente una caminata por la orilla del río buscando al Pez Bañado en Vino.

El viejo pastor

Max Ramírez, 8vo básico

Había una vez, un viejo pastor que tenía animales como corderos y vacas. Este anciano solía sacar a pastar a sus animales, recorría grandes distancias por los cerros y ríos de Valle Simpson. Un día de invierno el viejo pastor hacía la ruta de pastoreo de siempre con sus animales, pero el río Simpson, con las lluvias invernales había crecido mucho, y esta vez el río no los dejaría cruzar en busca del pasto verde del que se alimentaba su ganado. El viejo tratando de buscar una solución para su problema recorrió río abajo por la orilla para buscar un cruce más seguro, hasta que encontró un lugar que era un cruce más corto, pero más correntoso. El viejo decidió aventurarse con sus animales por ese cruce y para guiar a sus animales cruzó primero. Mientras lo hacía la corriente lo empujaba mucho, pero finalmente igual cruzó; sus animales lo seguían a él y parecía que estos cruzarían el ría igual, pero en la parte más correntosa los animales empezaron a irse río abajo. Todos los animales que intentaban cruzar se los llevaba el río. El viejo desesperado intenta cruzar el río nuevamente para que sus animales no se siguieran tirando al río, pero esta vez el río no sería tan generoso con él. La corriente se lo llevaría río abajo y finalmente se encontraría con sus animales pastando en una playa río abajo, donde el pasto era grande y verde.

 

Esta vez el viejo corrió con suerte, pero sabía que no sería para siempre.

Nube de lluvia

¿Un pulpo en el río Simpson?

Martín Valdés

Giant Octopus_edited.png

Había una vez un niño llamado Matías al que le gustaba acampar y pescar en el río Simpson. Un día de mucho sol, caminó a su lugar de pesca favorito, tiró la caña y para su sorpresa sacó un pulpo, ¿por qué un pulpo salió del río, si los pulpos son de agua salada?.

 

Matías devolvió al pulpo al río, fue corriendo a contarle a su abuelo lo que había pasado preguntando, ¿Cómo era posible un pulpo en el río? El abuelo le respondió que ese pulpo era de un camión de animales marinos que se volcó en el puente. Matías le dijo que el pulpo tenía sólo 6 tentáculos, que el pulpo no era igual que los otros… ese animal tenía algo que lo distinguía de los demás: era de  color morado brilloso con puntos rosados. 

 

Luego de un día de haber sacado el pulpo, fue de nuevo a pescar y encontró un gran hoyo, metió la caña y descubrió que había un cofre de monedas de plata con una carta que decía que el pulpo que vió el niño era mágico, que dejaba un tesoro por haberlo devuelto al río. Matías recogió el tesoro, se fue muy feliz hacia su casa, pensando que siempre respetaría a otras especies del planeta…

Solo

Martín Barría

Modelo azul del rizo

Hola, yo me llamo John, soy un ex militar del ejército de EE.UU. y me retiré después de servir en Irán y Afganistán cuando una mina me hizo que me retire. Bueno, les cuento mi historia.

 

Yo y mis compañeros estábamos en un helicóptero hacia una misión para rescatar a un informante. Cuando aterrizó el helicóptero nos preparamos para todo, eramos 10 soldados, muy pocos para lo que íbamos a enfrentar. Nos quisieron emboscar, pero nos recuperamos, pero perdimos dos soldados. Lo que no sabíamos es que estábamos en grave peligro. De repente encontramos un río, el río se llamaba río Simpson y nos emboscaron. Murieron todos mis amigos, quedé solo en todos los disparos y corrí río abajo. De repente un helicóptero llegó, pero yo estaba muy herido para continuar corriendo; se bajaron tres soldados a ayudarme y me fui mientras bombareaban el río.

 

bottom of page