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Relatos del Río

"Los pobladores le ponían un palito al río, en la orilla. Cuando llegaba el río a raya a ese palito, no se podía pasar. Cuando bajaba ya ese palo ya, ahí tenía paso. Entonces se miraba, de aquí al otro lado, a dónde está el palo. A veces los malos le sacaban el palo [ríe], nos hacían lesos a nosotros. Y eso teníamos, un palo teníamos ahí. Hasta ahí llegaba el río y no se podía pasar. Cuando bajaba, ahí había otro palito -ese sí era firme- y hasta ahí, ahí sí ya se puede pasar, ya. Pero para eso sabían estar tres, cuatros días ahí, al otro lado del río, a este lado, esperando el vado".

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Esteban

Vecino Valle Simpson

La historia del río, aquí lo principal es prohibir la saca de material, porque por la saca de material estamos tomando barro, agua sucia. Uno no es como antes que uno ha ido al río a bañarse. Ahora no hay ni peces, no hay pescados ahora, como antes. Imagínese, metieron las máquinas esas al río e hicieron hoyos para sacar ripio. ¿Qué pasó con eso? se ahogan dos niños, ¿sabía eso? en la pasada de río que hay para -¿cómo se llama?- para pasar con animales. Entonces, al río hay que defenderlo. Ahora, esta época, ya hay que defenderlo, porque el día de mañana nosotros necesitamos ripio pa nuestros caminos aquí, no vamos a tener, y porque se lo han sacado todo, mucho, mucho, están sacando mucho. Cinco, seis camiones diarios están saliendo acá, de 40.000 kilos, grandes. Los están haciendo pedazos a los caminos otra vez, aquí, este camino que hice hacer y que me contó tanto para hacer esto. No lo hice yo, lo hizo Obras Públicas, pero yo lo pedí mucho. Yo me boté con toda mi gente en el camino, claro, hasta que salió. 

Entonces, al río hay que defenderlo, de todas maneras hay que defenderlo, hay que hacerle -¿cómo se llama?- unas cosas bonitas a las orillas. Hay una ley, no sé si estará esa ley que de a 15 metros, 20 metros es fiscal. Entonces, si es fiscal, habría que cerrarlo, hacerlo cerrar, que los pobladores lo cierren para entrar a pie, bueno, a pescar, a ir a un fogón que se podría hacer en las orillas bonitas que hay ahí. Eso se podría hacer, eso. Unas cabañitas tener, fogones que vaya uno el día domingo y comerse un asadito, tomar mate, entonces el río, pa eso nos sirve mucho a nosotros, ahora lo estamos perdiendo. Mire cómo viene, como un chocolate viene el agua, ¿Por qué?, porque lo están moviendo ahí arriba, entonces toda la suciedad la agarra y pa abajo. De esa parte pa arriba está limpito el río, aguas claras. Pero de aquí a donde están esas maquinarias, es una cosa asquerosa. Entonces, yo estoy de acuerdo que hagan ese proyecto, que se defiendan las aguas, que se dejen las aguas tranquilas.

¿Cuándo, en qué tiempo se puebla usted acá en el Valle y qué recuerdos tiene de cómo era el río y la vida antes, acá en el Valle Simpson?

Bueno, la vida era, era, el río era una preciosura que teníamos el río. Venir a pescar, claro, venir a la costa del río, ahí, estar un día, dos días. Son cosas que se perdieron, claro. Hay una cosa, por ejemplo, que es otro recuerdo que yo tengo, que pasábamos de caballo por río, era firme, ahora no se puede pasar de caballo porque hay pozones que usted ni los ve. Era, claro, entonces, después ya se hizo el puente ese, había una pasarela, se hizo una pasarela, después se hizo el puente. El río era muy bonito, era muy bonito, era preciosura. Árboles tenía, hermosísima costa de árboles. Ahora no hay un árbol.

¿Qué árboles había?

Ñire, hay el lenga, todo eso el puro ñire pa abajo, para arriba era lenga. Esa parte. Ahora no encuentra un árbol ahí. No hay a dónde sombree un animal que viene a tomar agua la río, que es lo principal, hay que dejarle las aguas para los animales. Ahora no, vienen a toma agua sucia los animales, se enferman los animales con esa agua. Vienen cosas que no puede, no puede ser, hay que defender ese río, defender desde aquí mismo, de esta parte, de decir hasta Aysén. Bueno, de ahí, de Aysén, de Coyhaique para allá ya están defendiendo bastante, sí hay cosas, ya no se mete la gente a sacar ripio, ni no se meten a ensuciarlo, pero aquí está muy abandonado. 

 ¿Cómo era antes la vida asociada al río, don Esteban? Cuando antes de que haya el camino, cuando recién se poblaron aquí, ¿cómo era la vida con el río?

Bueno, era bravo porque había que pasarlo de caballo y era hondo. Era muy hondo, se pasaban los caballos ganado. Siempre aquí se ahogó gente igual, que no había puentes, no había nada, ninguna cosa. A veces el río no daba pasada dos, tres días. No daba pasada, y entonces nosotros pa pasar para acá teníamos que pasar por este río, y ahí está la pasada, donde está el puente hacia arriba, está la pasada, como a 20 metros pa arriba, pero esa era la única pasada que había. Pero era muy malo, era una cosa bonita, bien preciosa. No tiene esa anchura que tiene ahora, ahora se abre. Ahora se abre, ahora llega del puente para acá, como a 70 metros, rompe pa acá. Todo eso rompe esa orilla, ¿por qué?, porque ya le quitaron la fuerza al río, ya. Y por todo lado le están quitando fuerza al río. Esos son lo que tenemos, recuerdos, nosotros. Venir con tropa, pasar los animales.

¿Y cómo sabían cuándo se podía pasar?

Ah, porque teníamos una guía. Los pobladores le ponían un palito al río, en la orilla. Cuando llegaba el río a raya a ese palito, no se podía pasar. Cuando bajaba ya ese palo ya, ahí tenía paso. Entonces se miraba, de aquí al otro lado, a dónde está el palo. A veces los malos le sacaban el palo [ríe], nos hacían lesos a nosotros. Y eso teníamos, un palo teníamos ahí. Hasta ahí llegaba el río y no se podía pasar. Cuando bajaba, ahí había otro palito -ese sí era firme- y hasta ahí, ahí sí ya se puede pasar, ya. Pero para eso sabían estar tres, cuatros días ahí, al otro lado del río, a este lado, esperando el vado.

 

¿Vivía alguien por ahí, cerca?

Sí, casi todos los pobladores, están los Troncoso, los Orellana que vivían ahí, cerquita, a 30 metros. Para arriba tenemos otros pobladores que todavía viven algunos. Aquí pa abajo tenemos, para abajo tenemos, tenemos los pobladores de antes, los Orellana, todos esos eran dueños pa abajo, los Troncoso, todos esos andan ahí. A este lado igual, había familias que vivían ahí, a 30 metros, a la orilla. Pero era bonito, no había peligro de nada. Pero no, ahora, ahora está peligroso porque abrieron el río, lo expandieron, las pobres casas ahora hay que tener mucho cuidado porque en una creciente grande, no tiene defensa el río. Hay que hacerle defensa.

¿Y cómo venía antes? ¿Encausado? ¿Cómo venía?

Sí, encausado, encausado. Y se tomó su cauce y no se salió de ahí. Ahora no, ahora perdió, claro.

¿Se ha ido abriendo?

Claro, se abrió. Y en el cauce que tenía antes se criaba mucho salmón, tranquilitos, no los molestaba nadie. Tremendos pozones que habían. Uno venía a pescar a veces para llevar tres, cuatro pescaditos, era alimento para la gente, y  ahora no. Ahora no hay un pescado ahí, no hay. Pero lo primero que hay que hacer es eliminar la saca de ripio porque lo están explotando tanto y están dejando las aguas sucias, ya no tiene defensa el río. Está sin defensa ese río ya.

Don Esteban, y la vida con el río, la gente iba a comerse un asado.

 

 ¿Cómo era la vida antes?

Claro, lógico. Si de repente un día sábado o domingo se juntaban los vecinos: “Vamos a comer asado -decían- en la orilla del río”. “Vamos”, debajo de los árboles, bonito. Jugábamos los chicos con las cuncunas -porque había muchas cuncunas- comíamos calafate porque había harto calafate. Era muy, muy lindo esto, muy bonito. Ahora uno no encuentra una mata de calafate. Antes uno, los vecinos se decían: “Vamos, vecino, vamos compadre. Vamos a comer un asado a la orilla del río”. “Listo”. Llevaban un cordero, dos corderos para comer. Bonito, había cómo acampar, bonitos árboles, como que los han podado a los árboles, no sé cómo se formaban a la costa del río con la fuerza del agua, bonito. Ahora, a dónde se habrá puesto al río una mata ahí. No hay nada, nada. Se terminó todo eso.

¿Y en qué año empezó a desaparecer todo eso?

Entre el 55, 60, empezó a entrar gente de otras partes, con otras ideas. Ya llegaron las motosierras, limpiaron los árboles. Esto era puros árboles, uno pasaba por debajo de los árboles cuando pasaba de a caballo por allí, pasaba por debajo de los árboles. Los ñires, ahora no se encuentra un tronco. Claro, ya llegaron las motos e hicieron pedazos todo. Este embaralado que tenemos aquí, en este camino, que pasa por aquí, si le miento debe tener sus 200 a 200 trozos debajo, aquí, aquí abajo. Trozos que tienen cuatro metros, cinco metros.

¿Era pantanoso?

Claro, era puro pantano esto pa allá. Cuando hicieron este camino y metieron nácares yo les dije: “Cuidado, que van a encontrar la leña debajo aquí”. “No, ¿cómo van a haber?” Tremendos varones que sacaron, vinieron los vecinos a cortarlos. Sacaron con máquina los varones de aquí hasta la subida. Tremendos trozos que habían ahí, embaralados se hizo. Eso se hizo embaralado porque yo estuve, era muchacho de 17, 18 años, yo ayudé a hacer este embaralado por fuera. Con los bueyes que teníamos nosotros aquí, uno y dos, dos yuntas de bueyes, que ahora no se encuentran. Se han terminado, muchas cosas se han terminado. Así, pues. Qué vamos a hacer.

Oiga, y los niños cuando venían al colegio, ¿también cruzaban a caballo el río?

Claro, veníamos de a caballo, todos de a caballo. Por ejemplo, yo estudié los primeros años que estudié, 11 años estudié ahí en esa escuelita chiquitita, allá, al lado del río.

Al lado del río, ¿ Dónde estaba la escuela?

Sí, dónde va la, en todo el portón, ahí está la escuelita, ahí estudié, pero un año, dos años, después ya no, veníamos de a caballo, venimos 20, 40 caballos. Antes había niños, hartos niños, juventud.

¿Y venían por el día?

Por el día, y cuando el río estaba creciendo, no podíamos pasar. Saltar nomás, del otro lado. Venimos por el día y traíamos tortitas, carnecita que nos daban los padres. Estudiábamos ahí y dos, tres cabros en un sólo caballo po, los caballos grandotes eran, pa pasar el río. Fue una crianza de caballos que se hizo y nos trajeron acá, caballos grandes, porque cuando entró gente para el Paloma, trajeron caballos especiales, unos caballos grandes pa el río Paloma y pa el río Simpson. Hay unos pobladores que trajeron esos caballos. Así era la vida antes, bastante.

 

Los chicos cruzaban a caballo el río.

Sí, de a caballo.

¿Y para el mismo vado?

El mismo vado, todos teníamos el mismo vado, y ahí un conocedor. Cuando estaba muy crecido, el conocedor decía: “No”, está don Arnulfo Troncoso -que eran conocedores- estaban los Orellana, estaba al otro ladito el papá de esta gente Orellana nueva que hay ahora. Esos  guiaban a los niños, que no cruzaran. 

 ¿Y recuerda alguna tragedia del río?

Yo no me acuerdo qué año fue que falleció, que se ahogó el hijo de Hernández, el tío de la chica esta. Se ahogó, se ahogó y después se ahogó un sobrino mío también aquí. Porfiado, encaró al río y perdió. Era muy caudaloso el río este, bravo era, no ve cómo tenía, estaba -¿cómo se llama?- estaba formado el río, no estaba ahora como que está, ahora está abierto. Ahora se abren los ríos pa todos lados, todo el tiempo está bajito. Así nomás.

¿Y alguna inundación o algún evento que usted recuerde?

El 80, yo no me acuerdo, puede que sea el 82, por ahí sería, el 70 y tanto, no me acuerdo, pero fue una inundación grande, que me fueron a buscar a mí para avisarme porque yo era el presidente de la Junta de Vecinos. Después otra inundación que hubo acá, cuando salió el arroyo de aquí. Me fueron a buscar: “Hubo una inundación”, ya, pues, salí. Había una chica arriba del segundo piso, sus padres, los gritos, dónde Barra, estaba arriba, en segundo piso con su niña y recién ella había tenido guagua, parece, o la habían traído así que tuvimos que sacarla, ahí me traje. El Balbontín era alcalde, me lo traje a las dos de la mañana me lo traje, que me traiga gente pa que ayude a sacar a esa gente de ahí. Ese fue un trabajo que hizo Balbontín, que trajo la gente de Coyhaique pa venir a sacar a esa gente que estaba inundada. Igual que acá en el río, también mandó gente, mandó máquinas para poder ver cómo se podía que se recojan un poco las aguas. Hubo que esperar porque siempre en las madrugadas bajan las inundaciones, eso siempre se hace en la noche y en la madrugada bajan, qué cosa increíble, ah. Tiene su tiempo.

¿El agua?

El agua tiene su tiempo. Y ahora estamos peligrando esa inundación, el rato que haya creciente grande va a subir pa acá, pa arriba. Va a subir pa arriba y si no va a bajar así, al otro -¿cómo se llama?- va al otro pueblo que hay para allá, va a ser peligroso porque le han sacado todo a la fuerza a la costa de los ríos, le han sacado las cosas a la fuerza, con maquinarias. 

Pero el río antes no era -antes que estuviera intervenido-¿ Nunca se salía de su cauce?

No, no, no, no. No, no, por eso es que nos daba paso, pero no era peligroso para otras cosas, que se abriera para un pueblo, para una casa, no. Ahora sí, ahora sí hay peligro de que se abran las casas.

Don Esteban, ¿y por qué se crea Valle Simpson aquí? ¿Por qué en este lugar?

Bueno, porque aquí vino don -¿cómo se llama? ¿Cómo se llama este?- y ya llevaba por apellido Simpson, Enrique Simpson.

 Pero ¿cómo se agrupa el poblado aquí? ¿Qué hace que la gente se instale en este lugar?

Ah, es que eso es ya una cosa que ahí yo no tengo mucho conocimiento de eso, porque mi padre, mi abuelo, llegó en 1901, don José Mercedes Valdez, entonces en ese tiempo todavía nosotros no teníamos, no sabíamos de estas cosas, hasta que después ya, nacimos nosotros y ya nos fuimos haciendo hombrecitos, fuimos conociendo las cosas pero que los viejitos no nos contaban mucho cómo eran las cosas. 

¿Don Mercedes se instala allá en el lago?

Sí, se instaló en el Lago Elizalde. Allá había muchos hermanos que vivían antes acá, los -¿cómo eran?- los que vivían antes acá. Los tehuelches, porque aquí vivieron tehuelches en el Lago Elizalde. Pero eso sí fue muchísimos años atrás, fue. Los que llegaron primero acá fueron los tehuelches. Cuando ya llegaron pobladores, que fue mi abuelo y otras personas más que son antiguas, que ya se murieron. Algunos quedan de esas familias, pero no, casi se han perdido todas las familias, y eso fue lo malo, que nunca nadie tomó un libro, un cuaderno y anotó todas las cosas, entonces se van conversando las cosas como se puede nomás, no muy claras.

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