
Relatos del Río

"Uno podía cruzar el río caminando, no había peligro porque uno sabía que el río era parejo. Antes era como un paseo, día de sol, mucha gente iba al río con su cocaví ahí, su matecito. Yo te hablo del año 70 hasta el 76, más o menos, que la gente podía ir al río a pasear y ahora grupos vienen de Coyhaique, pero hay solo un sectorcito pequeñito no más, porque ya no se puede andar en todo el río. Son dos puntos principales que se puede estar, el resto no se puede meter uno al agua por lo mismo".
Elsa Abrazúa Millaldeo
Club Adulto Mayor Valle Simpson
Mi nombre es Elsa Abarzúa Millaldeo y vivo aquí en la localidad de Valle Simpson. Regresé hace 12 años, pero yo de los 10 años hasta los 27 años viví acá, o sea, mi papá tenía campo acá en La Ensenada y yo trabajaba en Coyhaique, entonces los fines de semana me venía al campo.
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Mi padre se llamaba Manuel Abarzúa, él llegó a Valle Simpson el año 68, cuando le compró el campo a un señor Morales
Nosotros cuando nos vinimos a vivir a Valle Simpson, ya éramos huérfanas de mamá. Quedábamos mi puro papá y los fines de semana nosotras hacíamos queso y, por lo tanto, venía la planta lechera a comprarnos la leche, en lecheros grandes, de aluminio y después nosotros siempre, como teníamos una cantidad de vacas donde estaba la casa y otras a la orilla del río, y me recuerdo que en el verano íbamos a bañarnos y cruzábamos el río de a pie, porque estaba bajo, porque era parejito, porque habían playitas y podíamos cruzar al frente del río.
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Aún no existían las plantas de áridos. No había ningún peligro, cada vecino no tenía por qué tener cerco, uno entraba sin problemas a bañarse y eso se perdió y se perdió en qué sentido. Yo digo siempre como que llegó una epidemia al río, que son los famosos dueños de los áridos, que son varios los que trabajan acá, y no han cumplido como deben cumplir como empresa en hacer cosas buenas, porque qué pasa aquí: ellos sacan y dejan pozones. Ya nadie se puede ir a bañar porque está lleno de pozones. Hace poco tiempo atrás fallecieron personas que iban trasladando animales al otro lado y cayeron a los pozones y se ahogaron, y esos pozones los dejaron las empresas.
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Ahora, ¿Cuál es la pena que sentimos nosotros? que encontramos que hay gente que se está haciendo rico a costillas de los áridos del Valle Simpson, ¿y qué recibe la localidad de Valle Simpson? Puro daño. El daño ecológico, porque hay contaminación también con el combustible. El que la única calle, que tenemos acá en Valle Simpson, principal está llena de hoyos por el peso de los camiones. Acá hay que andar con las sillas de ruedas en la calle y las piedras vuelan, la arena también y nosotros encontramos como pobladores que los dueños de las empresas deben dejar algo para la localidad como, por ejemplo: hacer una defensa en el río, una señalética, algo que diga “Aquí peligroso”, “Aquí hay pozones”, qué sé yo, “Aquí no se puede porque está contaminado con combustible” y, por último, yo creo que plantar árboles a la orilla del río para que, por lo menos, mitigar algo del daño que ellos están haciendo. Por qué yo siempre digo que está mal la cosa. Porque aquí en Valle Simpson faltan muchas cosas, como hace rato yo te comenté, ampliación de alcantarillado, ampliación del agua potable, tener una plaza digna para el adulto mayor, porque esta es una localidad de adultos mayores y tener unas veredas decentes, anchas, que no vayan tipo zigzag, que sean rectas para que el adulto mayor pueda caminar. Todo eso, si la municipalidad se pusiera las pilas, la plata que ellos pagan en la municipalidad, me imagino yo de patentes, de permiso, de lo que sea, debiera quedar en la localidad de Valle Simpson, porque a nosotros nos están haciendo un daño inmenso como pobladores y no recibimos nada.
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¿Cuál es el rol que históricamente ha jugado el río en la forma de ser de Valle Simpson?
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La importancia principal del río era que nosotros podíamos irnos a bañar al río. Teníamos un lugar de recreación para los niños, para los adultos, pero ahora está muy peligroso, muy peligroso. Lo otro, nosotros consumimos agua del río, porque tenemos agua potable, está bien, es subterránea, pero, aunque por muy subterránea que sea, algo de contaminación tiene que estar porque de donde está, digamos, la boca toma del agua potable, a donde están los áridos, no creo que hayan dos kilómetros, lo dudo. No creo que haya más, entonces algo pasará para abajo y algo también pasaremos a tomar nosotros.
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Elsa y cuando usted llegó a vivir cuando era pequeña y se acuerda como esta historia de los quesos y todo eso, ¿qué rol jugaba ahí para los pobladores? ¿Cómo era la vida en esos tiempos en esos lugares y cómo se interactuaba con el río en esos años? Con los animales, el campo. Esta era una localidad plenamente rural.
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Bueno, no había agua potable, por lo tanto, el agua se consumía directamente del río. Se usaban los pozos, pozos profundos. En su casa la gente tenía sus pozos, pero ahora yo creo que el miedo de tomar directamente el agua del río, no, es peligroso. Porque una, que viene llena de barro porque todo el día están moviendo las máquinas, que también hacen uso de combustible, se meten al agua y por muy nuevas que sean, algo debe caer de combustible al agua y se contamina. Entonces, por lo menos, yo ahora no tengo niños chicos, pero no dejaría que un nieto mío tome agua del río, porque sé que no está apta para el consumo.
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¿ Y los pobladores antes, qué relación tenían con el río. Cómo era antes, cuando no existían todavía los áridos. No había puente, cómo cruzaba la gente el río. Yo recuerdo las historias, por ejemplo, ayer veíamos las fotografías, ¿no es cierto? De la escuela y los niños cruzaban a caballo el río.
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A caballo o caminando. Se sacaba los zapatos y cruzaba el río, y a caballo, pero antes se iba a pasear también al río, a tomar mate, a hacer algo a la orilla del río e iban a pescar al río. Ahora es muy poco lo que se ve por el mismo movimiento de maquinaria y que están moviendo los áridos y el ruido de los vehículos, el ruido de las máquinas, ya no hay pesca como antes.
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¿La gente iba a pescar?
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Sí, nosotros éramos chicas y mis hermanos hombres iban a pescar, claro.
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¿Y hoy día?
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Ya no, si ya no sale pescado, yo creo que sería un milagro que puedan sacar uno o dos pescaditos en un día. No era como antes, que antes había mucho, pero el movimiento de las máquinas y yo creo que la misma contaminación puede ser también, que no hay tanto.
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Elsa, usted nos contaba recién que Valle Simpson tiene, ¿cuántos años de historia?
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Va a cumplir 95 años. Siempre falta la plata, nos falta plata pa hacer un plan regulador, falta plata pa hacer las calles, falta plata pa hacer ampliación de esto o de lo otro, pero y la platita que dejan todas estas plantas de áridos que sacan de Valle Simpson, ¿Por qué no se invierten en la localidad? Para que podamos tener algún día calles dignas, calles anchas, donde cuando haya un incendio puedan entrar la ambulancia y los bomberos y no tirar a la chuña quién entra, los bomberos o la ambulancia. Porque es así. Aquí es tan angosto los pasajes que solo puede entrar un vehículo, entonces o salvas la casa o salvas a las personas y yo creo que falta que la autoridad se pongan las pilas y digan “Pucha, es la segunda localidad más antigua de la comuna de Coyhaique. No tiene plaza, no hay ampliación de alcantarillado, no alcanza agua potable, no tiene veredas dignas ni menos calles”. No sé, pienso yo que aquí falta algo o hay un tornillo que está suelto que no funciona.
¿Qué dice la comunidad respecto del uso del río actualmente? Cómo ve la gente esto de la extracción de áridos, cómo ve usted, ¿se extraña el río como se vivía antes?
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Lógico que sí se extraña y la gente no está de acuerdo con las plantas de áridos porque, como te decía yo, el peligro de todo el día pasar camiones y camiones, camiones y camiones cargados. Hace muy poco tiempo, el año pasado, se arreglaron los adocretos y ya se hundieron otra vez por el peso de los camiones, entonces al final sufrimos nosotros, los pobladores, ganan plata los empresarios y no queda nada para el pueblo. Eso es lo que piensan todos los pobladores. Por qué no hacen algo, por qué no hacen un camino alternativo los camiones que sacan áridos. Pero por qué tienen que pasar por la única calle decente y la calle principal del pueblo botando arena, peligro que atropellen a un niño, porque a veces pasan muy rápido y pasan frente a la escuela.
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Señora Elsa y antes cómo recuerda usted el río, tenía vegetación, cómo era el río. Usted dice que lo cruzaban caminando. Qué tipo de recuerdos tiene y qué diferencias hay con lo que existe ahora.
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Uno podía cruzar el río caminando, no había peligro porque uno sabía que el río era parejo. Antes era como un paseo, día de sol, mucha gente iba al río con su cocaví ahí, su matecito. Yo te hablo del año 70 hasta el 76, más o menos, que la gente podía ir al río a pasear y ahora grupos vienen de Coyhaique, pero hay solo un sectorcito pequeñito no más, porque ya no se puede andar en todo el río. Son dos puntos principales que se puede estar, el resto no se puede meter uno al agua por lo mismo.
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¿Ha tenido eso repercusiones, cree usted, para la flora, la fauna, la vegetación misma del lugar?
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Lógico que sí, porque si hay un movimiento de áridos, de por sí tanto meter la máquina ya no quedan las raíces de los chochos, ya no quedan muchos calafates, que antes por la orilla del río habían calafates. Por lo menos el campo que a mí me tocaba tenía la orilla llena de calafates y chochos, de esos chochitos azules, y ahora no hay nada. Entonces ya no hay vegetación casi, si tú ves, está tan manipulado por estas máquinas que no existe ya casi, muy poco. Demasiado diría yo, poco y, bueno, va a seguir así porque hasta aquí no le han puesto atajo a ninguna parte. Si las autoridades no se ponen las pilas, imagínate con los años va a ser terrible, porque no vamos a tener ni un río para mojar los pies, porque va a estar demasiado contaminado.
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¿Usted siente que es la principal demanda del pueblo hoy día?
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Sí. Lo más importante aquí y lo que más nos molesta es ese paso de camiones permanente por la calle principal. Tendrían que buscar otra alternativa. Una, que nos tienen abandonados. Una, que las calles están en pésimas condiciones y más encima que los camiones sigan rompiendo lo poco que hay, sin dejar nada para el pueblo. No conviene. Yo creo que nadie está de acuerdo con eso.
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¿Qué opina usted de este proyecto que está haciendo la escuela para de alguna manera hacer como un rescate del río?
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Yo estoy súper contenta cuando me enteré de este programa. Yo lo encuentro genial. Genial porque si las autoridades no se ponen las pilas, que el colegio nos dé el ejemplo, que los alumnos peleen por algo para su futuro, yo creo que es el ideal y a ver si así se le remueve un poco la consciencia a quienes están haciendo tanto daño, que puede ser a lo mejor su nieto, puede ser su hijo, puede ser su bisnieto que levantó el dedo y dijo “No po, aquí hay que hacer algo por esto, que es tanto daño que se ha hecho y salvar nuestro río”.
Porque claro, el Borde Río es muy importante y más para los niños, que es lo que van a tener si es que nos dejan algo el día de mañana. Si es que se le pone atajo a esto, van a poder disfrutar algún momento, pero para eso hay que empezar ya a poner atajo a esto, decir “No, pues. Paren. Esta cosa hay que arreglarla”. Tendrán que tener un reglamento, tendrán que hacer algo por, no sé, por, digamos, por el daño que han hecho, decir “Vamos a hacer esto por el daño que hemos hecho”. Pienso yo.
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¿Cómo cree usted que podría compensarse ese daño?
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¿Al río? Lógico. Primero que nada, yo creo que tendrían que hacer una defensa, como hacen en todos lados, con piedras, pero a la orilla sembrar árboles, pero que sean nativos. No venirnos a instalar pinos ni eucaliptos, ni estas cosas raras, ni mosquetas, no, no. Aquí lo que interesa es volver a recuperar lo que había antes. El ñire, la lenga, el coihue, la tepa, el arrayán, sin ir más lejos, el ciruelillo, que habían tantos, el calafate. Pero que no nos vengan a imponer eucaliptos ni pinos, porque eso no es de la región. Ya harto daño han hecho con plantar eso en nuestra región y, aparte de eso, la plata que ellos pagan o se la dan de aporte a la escuela pa que la pinten y la arreglen o arreglan la sede comunitaria, qué sé yo, entera, o arreglan una sede para el adulto mayor, pero algo que quede por ese daño que han hecho. Que por lo menos digan ellos “Bueno, por todo lo que hemos hecho nos vamos a juntar y vamos a hacer esto”.
Elsa, y pensando usted, como una pobladora antigua de acá, que vive en el valle. Cuando usted piensa en el Valle Simpson, si usted tuviera que describirlo a alguien que no conoce el lugar, cómo describiría este paisaje, cómo lo llevaría o transportaría a alguien que no conoce al valle, cómo lo transportaría a este paisaje usted.
Primero que nada, yo le diría que Valle Simpson es una de las localidades más tranquilas que existe en la comuna. La gente es amigable, es muy atenta y nos gustaría tener un Valle Simpson, así como todos hemos soñado, desde que cuando comenzó acá, que soñábamos tener una ciudad que sea amigable, pero que no la tenemos. Pero me gustaría que la gente conociera esto antes, cómo era este Valle Simpson, que eran tan poquitas casas las que había antes, pero que la gente siempre ha sido muy atenta, muy amable, muy respetuosa. Aquí hay gente muy honrada, entonces si tú te das cuenta aquí cuando se hace algo, ¿quiénes la llevan? Los adultos mayores, porque ellos tuvieron una escuela, esa escuela de participar, de ayudar. Eso que se está perdiendo, existe aquí todavía. Aquí todavía existe esa parte amigable, que la vecina es amiga de, que la vecina conoce al vecino de allá y al del frente y al del lado y se saludan. Que ya no existe, ya se está perdiendo y cuál sería mi sueño como pobladora de Valle Simpson: que debiéramos tener una antena mínimo para un celular, para tener buena señal y así como todos pueden aprender cosas o bajar información, porque tienen un buen Internet, nos gustaría a nosotros también que nos tocara un poquito de eso. Aparte de eso, que nuestra localidad tenga una plaza digna para adultos mayores, que tenga calles, que tenga veredas como corresponde, que existan veredas. Eso. ¿Viste?
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Y en esa historia del Valle Simpson ¿Cuál es el valor del río, para los adultos mayores, cuál cree usted que es el valor del río, de cómo de cuando se formó este lugar y por qué se formó en este lugar y tan cerca del río también?
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Bueno, porque el río fue donde quedaron los primeros colonos que llegaron aquí a Valle Simpson. Ellos se apostaron a la orilla de este río, entonces imagínate tú, por ejemplo, a mi abuelo, que vino el año 27 aquí a esta localidad, cuando ellos llegaron acá invitados por don Juan Foitzick. Llegaron a esta localidad el año 27. Antiguamente don Juan llegó antes, lógicamente, pero él vino a conocer y él siempre contaba que lo que a él más le gustó, la forma de reunirse allá en el sector del río, entonces era como el sector que todos llegaban ahí a juntarse los de otros sectores, qué sé yo, y las carreras que se hacían aquí, porque antes aquí había carreras a caballo y antes me recuerdo yo que nosotros caminábamos hasta llegar acá y nos venían a dejar en carreta, porque, como dices tú, se cruzaban los ríos en carretas, yo andaba en carretas, en caballos, era lo único que teníamos. Entonces es como el punto principal, yo creo, de la colonización de Valle Simpson, el río. Entonces la idea es, como te digo, hacer algo para que no sigan contaminando y no sigan destruyendo tanto. Eso es, que yo creo, el sueño de todo el mundo y que nosotros podamos algún día surgir como localidad. Que tengamos los mismos regaloneos que tiene el resto: tener una placita, un parquecito, unas calles dignas.
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Me puede contar un poquito de la historia porque escuché que hace no mucho, cuatro años, había muy pocos alumnos, que eran como cuarenta y tantos y hoy en día ya hay 130, por ahí y también antes hubo internado. La escuela conserva esa construcción, si nos puede contar algo de eso, por favor.
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Sí. Bueno, cuando yo venía en carreta, nos venían a dejar ahí casi frente a la escuela, porque veníamos de La Ensenada, la escuela de Valle Simpson era uno de los internados más importantes con la escuela del kilómetro 10. Aquí había muchos niños internos, era una escuela, pero llenísima, llenísima de niños. Hay un internado precioso en esta escuela que nosotros siempre en reunión de la junta de vecinos, yo le decía que este colegio debería ser un colegio técnico. Técnico agrícola, técnico, pero fíjate que ahora está renaciendo esta escuela.
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En los años que yo tuve un cuñado que fue profesor en esta escuela, en esos años cuando fue internado, cuando era el bum de la escuela, y era muy bonito, era muy lindo, y ahora, gracias a dios, que está la Paz de directora y tenemos buenos profesores. Tenemos un profesor que es muy activo, está con los invernaderos, con la curtiembre de cuero, le gustan las flores, las rosas. Otra profesora que enseña telares. Yo encuentro que la escuela de Valle Simpson es un ejemplo dentro de la comuna, porque no solo se dedican a enseñar la teoría, sino que esta enseñanza del curtiembre, del invernadero, saber valorar las plantas, de hacer sus telares y que los niños aprendan otro oficio, porque este es un oficio.
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A veces mal valorado al artesano, es muy mal valorado y muy mal pagado, pero el trabajo que hace un artesano es inmenso, porque tiene la creatividad y esto que está pasando aquí, que los niños valoren lo que es un cuero y curtirlo y cuánto vale un cuero curtido es precioso. Va a ser, yo creo que, como una enseñanza que le va a quedar el día de mañana para cuando necesiten hacer algo más de lo que ellos quieran seguir estudiando y lo digo yo, yo fui paramédico toda la vida y ahora me dedico a los telares, a sembrar invernaderos, criar gallinas, hacer un montón de cosas y me siento feliz, me siento realizada como persona, porque antes tú trabajas, pero como profesional. No eres valorada como mujer ni como mamá ni como abuela y cuándo te vienes a valorar tú, cuando estás aquí en la tierra, cultivando la tierra, libre, que puedes levantarte a la hora que quieres y acostarte a la hora que quieres, atender a quien quieres, preparar lo que tú quieres. Ahí recién tú te valoras como persona, como mamá, como mujer, como artesana y como campesina, porque yo soy hija de campesino y mi sueño era siempre volver a la tierra, así que yo soy feliz. Yo hasta aquí creo que no puedo pedir más. No puedo pedir más. Mientras esté metida en la tierra, soy feliz.